De un simple gesto devela su fruto detectable,
sus contornos
trazados a mano alzada como un paisaje
se modifican constantemente ante el reflejo de la luz...
con el pulgar corrige el encanto de sus formas,
su mirada perdida en la contemplación de la espera.
Siempre penetrable
Cada vez menos pura,
de textura suave y a la vez brillante es una mujer.
Hombros y pelvis del mismo ancho,
estuche perfecto con el pecho que sonríe hacia adelante y se yergue llamándote...
Llamándote
Arqueada hacia atrás parece un resorte,
su vientre contraído recuerda una vasija llena de fluidos,
de espaldas aparece la silueta que se ciñe en la cintura;
hembra anclada en la profundidad del océano,
materia que revela todo pensamiento inmóvil.
Fruto expectante
Ave
Eva
sus contornos
trazados a mano alzada como un paisaje
se modifican constantemente ante el reflejo de la luz...
con el pulgar corrige el encanto de sus formas,
su mirada perdida en la contemplación de la espera.
Siempre penetrable
Cada vez menos pura,
de textura suave y a la vez brillante es una mujer.
Hombros y pelvis del mismo ancho,
estuche perfecto con el pecho que sonríe hacia adelante y se yergue llamándote...
Llamándote
Arqueada hacia atrás parece un resorte,
su vientre contraído recuerda una vasija llena de fluidos,
de espaldas aparece la silueta que se ciñe en la cintura;
hembra anclada en la profundidad del océano,
materia que revela todo pensamiento inmóvil.
Fruto expectante
Ave
Eva
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